Habilidades 2022

Habilidades blandas más demandadas por las empresas en 2022

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La digitalización y las nuevas modalidades de trabajo traen consigo numerosos desafíos. Es allí donde las habilidades blandas toman protagonismo.

Es cierto que los conocimientos técnicos son fundamentales al momento de realizar una labor, pero sin un manejo adecuado de la comunicación, la regulación emocional, el trabajo colaborativo o una gestión adecuada del tiempo los colaboradores no alcanzarán su máximo potencial.

Si aún no estás al tanto de cuáles son las habilidades blandas más demandadas para 2022 y por qué son tan necesarias en tu organización, te invitamos a leer nuestro artículo de hoy.

Qué son las habilidades blandas

Conocidas también como soft skills, las habilidades blandas mejoran la manera en que las personas se relacionan y enfrentan con éxito los problemas en su entorno laboral.              

Sin importar el área de desempeño, las soft skills nunca pierden vigencia y son tan importantes como las competencias técnicas. Incluso se han convertido en un elemento muy tomado en cuenta por los reclutadores de talento humano.

Cuáles son las soft skills más demandadas para 2022

Si aún no tienes claro cuáles son las competencias blandas más demandadas para el próximo año, toma nota:

Una comunicación asertiva ocurre cuando se expresa un mensaje de forma honesta, pero sin ser ofensivo ni sarcástico. Los líderes de las organizaciones deben procurar claridad en sus mensajes (tanto en la modalidad remota como en la presencial), usar un tono amable, pero sobre todo practicar la escucha activa.

¿Sabías que al menos un 65% de los colaboradores esperan trabajar en la modalidad híbrida para conseguir el equilibrio entre lo presencial y digital? Así lo refiere el estudio Employee Experience Imperative, realizado por ServiceNow.

Entonces, ser asertivo es una competencia que tanto líderes como colaboradores deberán desarrollar para que independientemente del entorno laboral la comunicación sea efectiva.

El nuevo contexto requiere de liderazgos sólidos, empáticos, cercanos, con destrezas para mantener motivado al equipo. Además, el líder debe servir de guía para que los colaboradores encuentren sus fortalezas y den lo mejor de sí.

Pero también un buen líder necesita aprender competencias para propiciar el trabajo colaborativo, así como construir un entorno de confianza, un elemento vital para que las relaciones laborales fluyan.

Daniel Goleman define la inteligencia emocional como la capacidad de poder reconocer los sentimientos propios o ajenos. Permite mantener la motivación, así como manejar adecuadamente las relaciones interpersonales. En otras palabras, es la habilidad de hacer una pausa para no actuar impulsivamente.

Aprender a gestionar las emociones es todo un desafío cuando el ritmo de trabajo en un entorno virtual y presencial están marcando la pauta. Si bien es cierto que la automatización seguirá ganando terreno, hay ciertas competencias en las que la inteligencia emocional será el centro, tales como la empatía o el trabajo colaborativo.

En este sentido, un 76% de los directivos señalan que los colaboradores deben desarrollar la inteligencia emocional, de acuerdo con el estudio Emotional Intelligence: The essential skillset for the age of AI, realizado por CapGemini.

El mismo análisis refiere que el 83% de las empresas resaltan la necesidad de contar con un equipo de trabajo con gran habilidad en inteligencia emocional para mantenerse en los siguientes años.

El trabajo híbrido requiere de una gestión efectiva del tiempo. Trabajar desde casa o asistir a la oficina supone planificar, establecer prioridades en las tareas o atender varios requerimientos. Si no se organiza el tiempo,  el trabajo puede convertirse en un desafío. De allí que sea una habilidad cada vez más requerida por las empresas.

En momentos de hiperconexión es fácil ceder ante distracciones como redes sociales o el teléfono móvil. Gestionar el tiempo también significa aprender a establecer límites, concentrar la atención en la labor que se está haciendo y decir no cuando es necesario. Si tu meta es ser productivo en las horas de trabajo, es momento de aprender esta competencia.

Tras el repunte del home office el trabajo en equipo se convirtió en una de las competencias blandas más desafiantes. Apoyar las decisiones del grupo, dejar de lado el individualismo, comunicarse efectivamente, así como fomentar la colaboración son algunas de las características de esta habilidad que con la práctica y el aprendizaje continuo mejora.

¿Cuántas veces se realiza una labor de forma tan automática que cuando surge un problema no se tiene idea de cómo resolverlo?

La resolución de problemas se define como el proceso mental que consiste en analizar y encontrar la solución más acertada a una dificultad. Por eso, es una competencia que todos los integrantes de una organización deben potenciar.

  • Resiliencia

Esta soft skill ha sido determinante en medio de la pandemia por la Covid-19. ¿Cómo enfrentar la pérdida de algún familiar, el empleo u otras circunstancias adversas? En la resiliencia parece estar la respuesta.

Ser resiliente consiste en sobreponerse a situaciones difíciles para continuar. En medio de un hecho traumático muchas personas han descubierto que cuentan con herramientas para superarse. Eso marca la diferencia.

De igual forma, ninguna organización está libre de problemas. Lo que las hace distintas es la capacidad que tienen para recuperarse, transformar la adversidad y seguir encaminados en sus objetivos empresariales.

A través de la capacitación en esta competencia, los colaboradores, líderes y la alta gerencia podrán sobreponerse a los cambios inesperados o a los tiempos de incertidumbre.

  • Aprendizaje continuo

De acuerdo con el Foro Económico Mundial, para 2025 el 50% de los colaboradores necesitarán formarse de nuevo, de lo contrario, corren el riesgo de quedarse en la obsolescencia. La formación online es una alternativa rentable para las organizaciones que beneficiará tanto a líderes como a colaboradores, e impactará positivamente en la productividad.

La digitalización y la pandemia por la Covid-19 cambiaron el paradigma tradicional del trabajo. Está en manos de las empresas seguir haciendo todo igual, o adaptarse al cambio para mejorar lo que sea necesario. Asimismo, es hora de incluir en el presupuesto de 2022 la formación enfocada en las habilidades blandas.

Andreina Rodriguez Gerente de Contenidos Formación Smart

Foto: macrovector – www.freepik.es