Supervisión eficaz: Líder eficiente

Supervisión eficaz: Líder eficiente

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Para abordar el tema de la supervisión eficaz, es necesario comprender la definición de supervisor desde la praxis laboral cotidiana, superando aquellas definiciones meramente nominales que remiten a un cargo dentro de una organización.

En la actualidad, supervisar se parece más a un liderazgo muy humano y cercano, donde el líder orienta las acciones de los que integran los equipos de trabajo, brinda apoyo en lo que requieran y comunica oportunamente la información con la que se generan las acciones. El supervisor, no solo conoce en detalle el desempeño de aquellas personas que están bajo su responsabilidad, sino que las impulsa y motiva a la mejora continua, con base en la experiencia y el conocimiento del contexto de la organización. Entre otras cosas, el líder alinea los intereses personales con los objetivos de la organización y escucha (no solo con los oídos) la realidad de cada colaborador.

Algunos académicos señalan que una forma rápida de emplear adecuadamente las palabras eficaz y eficiente, es pensar que la eficacia se aplica a los procesos y a las máquinas, “podemos asegurar que el proceso de inducción fue eficaz”, por ejemplo. Pero al emplear el uso de la palabra eficiente se refiere netamente a las personas: “todos los ejecutivos de ventas son muy buenos, pero estos tres son más eficientes”. Aunque popularmente esto no es una regla inquebrantable.

Se puede asegurar que una persona es eficiente cuando cumple a cabalidad las funciones que le corresponden de acuerdo con su cargo, y más allá, destaca por su excelencia en aspectos que le distinguen positivamente del resto del equipo.

Ambas ideas -la de supervisor y la de eficaz-, nos permiten configurar un nuevo constructo: Supervisión Eficaz, y afirmar de inmediato, que para contar con tal supervisión dentro de una organización se requiere de un supervisor eficiente, o lo que es lo mismo, un líder con amplias herramientas gerenciales que le permitan responder a las necesidades del contexto, cohesionar y dirigir equipos de alto desempeño, y obtener resultados por encima del promedio beneficiando al equipo y a la organización.

Perfil de un supervisor eficaz

Son muchas las cualidades que esperamos de los supervisores eficientes, pero en principio pudiéramos partir del sentido amplio de sus acciones:

  • Buscan alcanzar un objetivo teniendo muy presente los recursos utilizados.
  • Persiguen la optimización del uso de los recursos, para disminuir gastos, tiempos, procesos innecesarios, metodologías inoperantes, entre otros.
  • Valoran los resultados, siempre con visión de mejora.

En cuanto a sus habilidades sociales requiere:

  • Ser organizado, en tiempo y espacio.
  • Responsable, comprometido y efectivo en el logro de objetivos.
  • Con un buen nivel de manejo de conflictos, convirtiendo las crisis en oportunidades.
  • Proactivo, avizorando el futuro inmediato y dando un paso adelante con su equipo de trabajo.
  • Es un líder efectivo, capaz de escuchar, orientar, acompañar al equipo y alcanzar cohesión, sinergia y motivación al logro, combinado diferentes estilos de liderazgo.
  • Propicia un clima organizacional favorable para la comunicación, la creatividad, la innovación, la participación individual y colectiva.
  • Ágil, para moverse con el contexto dinámico, con flexibilidad para el cambio y con mucho dominio de la razón de ser la organización.

El reto del supervisor eficaz

La vida de las organizaciones es muy dinámica, más en estos tiempos, donde la virtualidad y demás avances tecnológicos cambian la realidad de los mercados y la realidad de la organización, en fin, cambian la realidad social de todos los involucrados en la actividad económica de las organizaciones.

El reto del supervisor eficaz es adaptarse a los cambios y adaptar a los equipos a ellos. Para esto se requiere del manejo de un número mayor de competencias y habilidades humanas tanto en el ámbito social como en el ámbito académico.

En tal sentido, Formación Smart te ofrece una opción formativa pensada en los desafíos que enfrentan aquellas personas que asumen el reto de convertirse en supervisores y buscan ser eficaces en el desempeño de sus funciones, persiguiendo el éxito personal, de los equipos y, por ende, de la organización.