El Gerente emocionalmente inteligente

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Muchas personas creen que las emociones son tan útiles como el apéndice, y en la medida en que puedan ser eliminadas de nuestro comportamiento, mejor será nuestro desempeño. Pero este juicio es científicamente falso. Según estudios realizados en la Universidad de Iowa por el neurocientífico Antonio Damasio, las emociones son parte integral del proceso de pensamiento humano, y no un fenómeno paralelo.

La clave para ser un gerente emocionalmente inteligente es integrar respuestas emocionales y racionales. Hacer demasiado hincapié en unas u otras podría conllevar a una toma de decisiones inadecuadas. Cuando somos emocionalmente inteligentes, adquirimos cuatro habilidades:

  1. Leer el lenguaje emotivo de los demás e identificar emociones. Es posible obtener información a partir del comportamiento, los gerentes hábiles son capaces de identificar los sentimientos ajenos y hablar abiertamente al respecto. No tienen miedo de mostrar sus sentimientos.
  2. Entusiasmarse y usar las emociones para motivar a los demás. Trata de aprender a utilizar tus emociones en beneficio propio y ajeno. Una falta de emociones puede limitar nuestro pensamiento. Los tres elementos que le pueden ayudar a determinar el verdadero estado emocional de una persona son: expresión facial, expresión corporal y voz.
  3. Predecir el flujo de nuestras emociones. Las emociones no se manifiestan azarosamente. Obedecen la ley de causa y efecto. Las emociones no son completamente predecibles, pero al estudiar los factores que hacen sentir a una determinada persona de un cierto modo, se adquiere cierto entendimiento.
  4. Administrar emociones. Esto significa fundamentar nuestro comportamiento sobre un balance entre pensamientos y sentimientos. Al administrar las emociones somos capaces de convertirlas en acciones y comportamientos efectivos. Llegar a ser un gerente emocionalmente inteligente significa ser capaz de extraer información a partir de los sentimientos. Tomar en cuenta la “huella emocional” nos permitirá tomar mejores decisiones.

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