Con frecuencia, las sociedades cambian de perspectiva a lo largo del tiempo, acerca de las prácticas culturales que suceden a lo largo de la vida de las personas, y que se van repitiendo como patrones de conducta aceptados de generación en generación, perpetuando en algunos casos tratos injustos y discriminatorios. La interacción con otras culturas y el desarrollo tecnológico, los eventos naturales, bélicos o sanitarios, entre otros, influyen en el cambio de paradigma social, apoyados en el pensamiento crítico, es decir, en el cuestionamiento y en el análisis de la razón de ser de nuestras acciones cotidianas.
En este sentido, con mucha fuerza y desde hace varias décadas, se unen esfuerzos mundiales por el respeto de la vida y de la dignidad humana de cada una de las personas que habita en el planeta, por encima de las diferencias raciales, etnográficas, religiosas, de género, entre otras, buscando el trato sin discriminación alguna, superando épocas de tratos inhumanos a grupos de la sociedad que se distinguen por ser diferentes.
Aunque aún sucede, para muchos es impensable señalar y execrar a alguien porque procede de un país en particular, o creer que por el color de piel alguien goza de supremacía o de bajeza, o porque es de tal género, entonces es más inteligente o más eficiente para actividades específicas. En la era prehistórica el hombre salía a cazar y la mujer cuidaba la cueva, pero esa visión la hemos superado. Hoy entendemos que las diferencias, las particularidades son las que nos distinguen como persona, y esa diversidad enriquece nuestra comunidad, nuestra sociedad y nuestras organizaciones laborales.
Por un lado, la pluralidad aporta enfoques diferentes acerca de una misma situación y termina consolidando una visión más amplia, donde las experiencias, conocimientos y enfoques personales, propician la creatividad y la innovación colectiva, he allí lo valioso de la diversidad. Mientras que la inclusión va más allá de simplemente contratar a alguien que sea diferente, se trata, más bien, del proceso de mejorar la oportunidad, la dignidad y las habilidades de las personas que suelen ser discriminada por algún o algunos aspectos de su identidad personal.
La diversidad y la inclusión no son una utopía, por el contrario, son acciones reales y concretas que allanan un camino más humano para conseguir la igualdad social, y en especial la igual de oportunidades laborales en las diferentes organizaciones de la sociedad moderna, lo cual, sin duda, es un gran desafío.
¡Las organizaciones homogéneas tienen un futuro más complejo!
Cuando una organización no valora la diversidad, sino que busca la uniformidad física y de pensamiento, y abiertamente privilegia a algunos sobre otros, se asegura el fracaso y un ambiente complejo lleno de conflictos, inseguridades y libertades coartadas. Algunos problemas que surgen a partir de la discriminación laboral son:
- Desigualdad de oportunidades: Se impide que las personas de los diferentes niveles de la organización tengan acceso a oportunidades de promoción y mejoras, limitando su crecimiento profesional y económico.
- Bajo rendimiento laboral: El ambiente laboral se torna hostil y desmotivador, lo cual afecta negativamente el desempeño laboral de las personas que integran los equipos de trabajo, impactando desfavorablemente en la productividad.
- Estrés emocional: El cual incide directamente en la salud mental y física de cada una de las personas de la organización, aumentando las ausencias médicas justificadas, y con frecuencia, la respuesta bajo la acción del miedo.
- Falta de diversidad: Un equipo homogéneo, donde todas las personas responden al mismo perfil personal y profesional, construye una visión limitada, con una creatividad e innovación empobrecida por lo lineal del equipo.
- Pérdida de talento: Atraer o retener a los mejores talentos es una acción que se ve afectada por la discriminación en los procesos de selección, esto al final impacta en la capacidad para competir en el mercado.
- Pérdida de reputación: Las empresas que aplican prácticas discriminatorias, son rápidamente conocidas socialmente, afectando su credibilidad y reputación, lo que afecta su capacidad para atraer clientes y socios comerciales.
- Costos legales: Las organizaciones laborales que tienen prácticas discriminatorias pueden enfrentar demandas legales y sanciones financieras significativas, afectando su rentabilidad y su capacidad de operar en el mercado.
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Magister en Educación. Mención Gerencia educativa. UCAB